lunes, 29 de mayo de 2017

Cambios

Me dicen, cambia. Dicen, quieres cambiar el mundo pero no puedes cambiar tú.

¿Me pregunto por qué habría de cambiar? Me gusta ser como soy ¿solo porque mi forma de ser y pensar y sentir no conecta con las de los demás? Es cierto, eso me hace muy infeliz... pero realmente me gusta ser como soy, me gusta más ser como soy que conectar con la gente.

Este fin de semana, en dos eventos tipo fiesta o reunión masiva, lo comprendí. En el primer caso, intenté ser yo y conectar; fallé. En el segundo caso fui yo, pero sin intentar conectar, me fue parcialmente mejor. El tercer caso es  hipotético, es al que estoy acostumbrado; no asistir a ningún evento. En todo caso, siempre quedas mal, nunca le das gusto a nadie. Confiesas que te cuesta congeniar con las personas porque eres un ermitaño (es cierto, me gusta la soledad) y no te bajan de pendejo o hasta de que tienes un conflicto de orientación sexual. Ya quisiera ver a quienes dicen eso escribir sin conflicto alguno lo que yo escribo; tener personajes trans sin menospreciarlos, utilizar voces femeninas sabiendo que es una voz con la que compartes un mismo universo. Escribir desde la perspectiva de aquellos a quienes no puedes tolerar; los prejuiciosos, los fanáticos, los perfectamente adaptados.


Hay dos maneras de cambiar los paradigmas que configuran el mundo. Una es accidental, sucede con los perfectamente adaptados, aquellos con poder y recursos para operar aquellos cambios, cambios que obedecen al enriquecimiento de quienes encuentran soluciones a las necesidades del ser humano: sean primarias, secundarias, terciaras... aunque también pueden ser soluciones ficticias a problemas inventados por la industria. Un ejemplo está en los suplementos vitamínicos.

Aún con las intenciones más viles y egoístas, los cambios pueden llegar a producir un bien común. Pero también lo contrario; que vengan de las mejores de las intenciones y todo derive en más problemas.

Son los cambios impulsados por los inadaptados los que revolucionan y estremecen al mundo. ¿Pero cuántos son los inadaptados con la suficiente inteligencia para llevarlos a su fin? cuántos inadaptados no pasan sus vidas lamentándose o quejandose sin ofrecer nada nuevo; ni una puta idea. Mi maestro de ciencia ficción decía que es a los pobres a quienes les interesa cambiar el mundo, los ricos están muy bien con lo que hay. También lo dice un presentador de televisión en un tono cizañoso, de pobres pendejos que piensan como pobres.

Alguna vez dije en un grupo de facebook, que si todos dedicásemos una hora a la semana a pensar estrategias para cambiar aquello que nos molesta, más de uno ya habría conseguido dar con el hilo negro. Así, con el método que propuse, comprendí que el cambio no es de uno mismo, no es adaptarte para ir contento al matadero. Que el cambio es local; que los golpes y gritos a entidades federativas o internacionales no les llegan. Que es estratégico; pues requiere de plantear todo un sistema que desconfigure al sistema obsoleto.

El cambio de los inadaptados pretende reconfigurar las formas de pensar, dar oportunidad a aquellos quienes no quieren ser empresarios o especialistas, a vivir una vida digna, a conseguir un gobierno más justo y democrático, a adaptar nuestro mundo al mundo natural... El cambio de los inadaptados muerde las raíces para inyectar su ADN, no es estacional. 

jueves, 25 de mayo de 2017

Hibridicemos

Mi postura como proyector literario


Mi postura es mamona. Es decir, yo sí quiero plantear algo perdurable. Y sí, creo que los fines lucrativos y de imagen personal afectan el trabajo literario. Pero quiero que quede bien claro, no reduzco de inferiores a quienes escriben para ganar dinero, es más, quisiera ganarme la vida de ése modo. De hecho estoy buscando la fórmula adecuada para ello. Un profesor usaba términos menos mamones que los mios. Los llamaba escribientes. Me apropiaré de la expresión. 

Siempre he pensado que en la literatura como en el arte, una de las metas es ofrecer algo distinto a la propuesta del momento, que sea único en su tipo, con miras a transformar lo ya existente, a dar un paso más en el ya de por sí reducido campo de acción, pues ciertamente no hay nada nuevo bajo el sol. Si tu estilo estético y visión artística están enmarcados a un estilo de vida y a una visión del mundo estereotipados, sería una rareza que produjeras elementos diferentes al común de las masas. Incluso el mejor retrato histórico requiere un distanciamiento de aquello que se pretende retratar.

No tengo manera de saber si mis caminos literarios son los correctos para hacerme un escritor; de que mi formación me hubiera o me haga posicionarme en la perspectiva que nuestros tiempos necesitan.   Es cierto que cuento con la aprobación de conocidos y desconocidos, amigos y enemigos, en el ámbito literario y fuera de él. Sin embargo, estoy convencido que eso simplemente me garantiza calidad. Me encuentro satisfecho con ser prosista de calidad. De la consumación de mis proyectos y del tiempo a futuro en que su significado viva, dependerá el título de escritor.

Por otra parte, como nunca me he adaptado al modelo actual de desarrollo humano (escolaridad, especialización, productividad, tolerancia laboral, acumulación de capital), se me complica armar el paquete ideal; de tiempo libre, más remuneración económica, más actividad laboral de acuerdo a mis habilidades creativo-narrativas. Es decir, ser un escribiente siquiera promedio. 

Con riesgo de sonar todavía más mamón; a lo mejor es esta diferencia (del escribiente, adaptado al mundo de hoy, y el escritor, inadaptado) la que hace a cada uno ser bueno en lo que hace. Porque el escritor vuelca la frustración, desencanto e inconformidad desde sus viceras a un universo narrativo, ya sea como propuesta de algo mejor, o como retrato, quizá exagerado, de lo que vive... a lo mejor ambas, caos y esperanza de orden. Y el escribiente siendo parte del mundo, lo complace con su trabajo. Y es posible que uno esté en busca de la trascendencia porque se siente vetado del presente. Y el otro simplemente quiera divertirse, sin otra aspiración más allá de divertir a su público. Claro que escribir es divertido y satisfactorio para ambos, pero el fondo que mueve las ideas y las manda a flote sobre el papel es distinto. 

Como buen espécimen humano me voy a los extremos. Lo importante es encontrar la fórmula híbrida y compaginar la tarea de escritor con la de escribiente. Es decir, ganarte la vida haciendo lo que más te gusta hacer y en lo que eres bueno, y al mismo tiempo, ir construyendo tu proyecto literario ideal. Aunque, ¿no implicará un sacrificio el pelear por dos reinos? De tiempo: obras incompletas, pedidos con retraso o no realizados. O de calidad: redacción automática, perdida de perspectiva humanista o de dirección estética. 

Por lo pronto ya tengo algunas ideas para hibridizar. Gracias a Óscar Emanuel por compartir el PDF 12 Ideas bizarras para ganarse la vida escribiendo. Hibridicemos pues.

Análisis de las partes



Lavar ropa: Un día a la semana funciona.

Lectura: Tres horas a la semana, no funciona. La razón es que me levanto demasiado tarde. No es indispensable.

Dublín: Nuevamente en malas condiciones. Las medicinas y tratamiento están muy lejos de ser económicamente viables. 

Alimentación: Sin dinero me adapto a lo que hay. Me alimento para subsistir.

Relaciones afectivas: Inexistentes, no hay lugares propicios en mi agenda para encuentros. La confianza en mí no se desarrolla porque no crezco en ningún aspecto de mi vida, ergo, no hay en mí aquello que buscan ellas en los hombres.

Relaciones sociales: Atrofiadas, se me dificulta conversar. 

Ratones: Fuera de control, las medidas de contención son insuficientes. 

Trastos: Injusto con mi madre. Las dos horas a la semana no equilibran los muchos trastos utilizados para cocinar y el lavado practicamente diario de mi madre.

Ejercicio: Mínima prioridad. Dispuesto entre los quehaceres.

Quehaceres: Una hora, una vez a la semana. Sin repercusiones.

Intimidad: Casi nula. Mi cama en la noche es el único sitio privado, pero no por ello oculto o cerrado. Cuarto compartido. 

Sexualidad: Coleccionista compulsivo. Mientras lo mantenga restringido a cierto horario, no afecta mi vida cotidiana. Es mi único vicio.

Traducción: Desde que lo cambié a una hora por cada vuelta su avance se ha vuelto lento. En realidad no le veo mucho futuro, así que lo mantengo como afición.

Bestiario: A menos de 50 géneros de ratas por conocer para hacer la bestia. Terminando la bestia se completa el ciclo del Cormorán.

Novela: Detalles técnicos han postergado el inicio del capitulo catorce.

Cuento: Practicamente libre de concursos por el último al que he mandado. Próximo cuento: El arpías.

Cazarecompensas: Limitación en concursos por falta de cuentos. Otros medios limitados a falta de privacidad.

Compras: Ninguna por falta de dinero.

Artesanías: Aún en producción de catálogo. Modelo Humanos de papel.

Escuela: En peligro de ser expulsado y no tener opción de regresar si no me doy de baja.

Viajes: Sin dinero no hay viajes ni salidas.

Trabajo: De los pocos que se adaptan a mis necesidades de tiempo y a mis habilidades, no me seleccionan.

Política: Lo poco que falta requiere mucho tiempo.




jueves, 18 de mayo de 2017

La nota cursi

Fue increible haber tenido novia. Esperé tanto tiempo encontrar a la indicada, que al final decidí intentar con aquella chica atractiva, de belleza exótica, y con quien compartía similares perspectivas de entender el mundo; pesimista y existencialista, con ese extraño gusto por las rarezas artísticas y con talento artístico de su propia naturaleza.
Combustionamos esporadica pero impetuosamente. El tiempo que estuvimos juntos, la amé como relampagos en una tormenta, descargas inesperadas aparecían a lo largo del camino. Su sonrisa era el pararrayos incitando a las nubes, su ternura y cariño el árbol en medio de la nada. Me quiso y quizá aún me quiere, por lo que soy, y no tanto por lo que hago, y mucho menos por lo que tengo, que no tengo nada. Es dificil encontrar quien quiera de esa forma. Hay que tener un gran corazón.
Recibí culposamente todos aquellos detalles que una persona enamorada hace a su amado. Me esforcé por darle todo el cariño y pasión que sentía, para compensar. Pero nada que no sea amor compensa al amor.
Las tentaciones llegaron y las afronté por lealtad, respeto y compromiso. Sin embargo, sabía que no era suficiente, que llegaría el día en que la corriente desbordaría la presa. Que la idea de sentir otra piel o experimentar el relacionarme intimamente con otra mujer terminarían haciendo mella en mis convicciones. Y como en mi vida de soltero siempre me repetí no llegar nunca a esos extremos, a los que sabía llegaba mucha gente cercana, y no tanto; decidí que era momento de dejarla ir, dejar espacio para aquel que se volviera loco por ella, aquel que inundara la pradera de electricidad en flujo continuo.
Tuvimos una relación hermosa, aunque no tenga realmente ningún punto de comparación. Siento que haciamos un gran equipo. Nos apoyabamos en todo, nos dabamos nuestro espacio, nos adorabamos en las sábanas, nos complaciamos en nuestras excentricidades, nos contabamos nuestras preocupaciones.
Fue increible haber tenido novia. Desgraciadamente ya sé qué es lo que me mueve a amar. Amo la tortuosidad y maldad en las mujeres inteligentes. Amo provocar reacciones en las mujeres indolentes. Hace poco fantaseé con una diputada del partido corrupto y saqueador del pueblo; me excitaba reclamarle amable y cordialmente que apoyara una causa justa. Imaginaba sus gestos al leerme, su molestia, su furor contenido. Me soñaba en sus aposentos imperiales, sirviendo sus caprichos sexuales en vergonzoso secreto. So pena de ser descubierta con semejante alimaña, de la plebe, un opositor, que la sometía y le brindaba placer. Ya sé de qué irá mi novela principal.
Ah, pero el problema con este tipo de mujeres es sencillo; son muy dificiles de tratar, es muy dificil hacerlas sentir, y es muy dificil que admitan sentir algo. A veces pareciera que disfrutan pisotear a quienes les mueven el tapete, como una venganza contra su debilidad. Claro que no soy ningún experto, me atengo a lo que conozco.
Para ser visible supongo debes destacar entre los demás, y entre más atributos tengas, más posibilidades tienes de no ser uno del montón. Y yo aquí en el hoyo, próximo al no retorno. Muy por debajo del montón...
Me alegra haber tenido una increible novia, y haber sido amado. Y hubo un tiempo en el que, mantengo la fe, encontré un amor reprimidamente reciproco.